martes, 28 de julio de 2009

Al fin siempre existe un arcoiris, ¿no?


Lloré, lloré bastante estos últimos días, lo admito.
En seis días, tres los ocupé para sentirme miserable y podrida, pero ahora creo que me he secado, que otra salada lágrima no va a salir de mis ojos por un buen rato, y eso es bueno, tranquilizante. Por primera vez me pude desahogar a mares, solo dejando salir todo lo de adentro sin importarme que me escucharan. Bueno, la verdad quería que me escucharan, demostrarles que su mundo no era solo de unicornios drogados, que también tenía su parte mala a una puerta de distancia. Pero no me escucharon, y agradezco que hubiera sido asi.

Me dejaré de pendejerías aunque sea forzadamente e intentaré mirar mi vida con buenos ojos, los que tienen los equinos volando con sus alas de mentira. Dejaré de tirar toda mi ira como una cascada de palabras vacías, que piden y no piden nada a la vez.
Voy a sentarme en la mesa y voy a hablar con ellos, voy a reir con ellos y voy a ser feliz con ellos, dejando de lado las muñecas de trapo que tanto me gusta cargar encima. Por primera vez en estos días de estúpida angustia voy a intentarlo, por que sé que funcionará.
Hay que poner las converse en la tierra.

1 comentario:

  1. Exaacto,muy bien dicho querida Laura :)
    es lo que todos debemos intentar hacer aunque a veces cueste...
    y no necesitas buscar mucho mas allá del arcoiris, porque la olla de oro la tienes mas ceraca de lo que crees, al menos siempre tendrás a tus amigos que te apoyarán en culaquier cosa que necesites :)
    te quiero mucho :)

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